Como decían en Galicia cuando yo vivía allí: uno nace donde
nace y muere donde nació su mujer, haciendo referencia a la tendencia habitual
en muchas féminas a apegarse a la familia. Tendencia que acaba arrastrando a su
pareja. Pero este post, no va de sexismo
sino de las diferentes mentalidades a la hora de ver donde le gustaría uno morir y
ser enterrado. Hay quien quisiera pasar
sus últimos días en la tierra que le vió nacer y crecer. Otros, sobre todo
personas de climas fríos y lluviosos, prefieren buscarse un clima cálido donde
pasar sus últimos días, y hay quien busca un sitio donde la vida sea barata para
poder vivir holgadamente sus últimos días.
Cuando llegué a Vietnam me sorprendió ver los campos de
arroz salpicados de sepulturas. Luego me explicaron que los cultivadores de
arroz habitualmente quieren ser enterrados en sus tierras, donde han pasado
toda la vida trabajando.
Desde entonces cada vez que tomo un plato de arroz pienso
que el mismo ha sido cultivado sobre las cenizas de los ancestros del
propietario.