sábado, 26 de noviembre de 2011

Haciendo la compra II

Después de la experiencia del supermercado creo que será buena idea probar a hacer la compra en el mercado como se ha hecho toda la vida: recorrer los puestos llenos de productos frescos recién traídos del campo, que uno puede oler y tocar, impregnarse del sabor local. Se me va la mirada detrás de las frutas tropicales: piñas, dragonfruit, limas…..y durian; aunque esta última tenga el dudoso honor de que prohíban su entrada en algunos hoteles de lujo por el apestoso olor que desprende.




La carne expuesta sobre simples tablones con sus entresijos, higadillos…me recuerda cuando era pequeño y en Madrid había casquerías. La asepsia se ha apoderado de nuestra sociedad y ya no es frecuente verlas. ¿Dónde irán ahora los niños a comprar ojos de vaca para diseccionar los en clase de ciencias naturales?.



Vietnam tiene una extensa costa de la se extraen una gran cantidad de pescados y mariscos que cocinan de un sinfín de maneras. En el mercado puedes encontrarlos todavía vivos aleteando en barreños a los que les han añadido una pequeña bomba para oxigenar el agua, como la de las peceras, y que no se ahoguen.



Esto sí que es pescado fresco!!



















También puede uno encontrar productos cocinados: patas de gallo fritas, tortas de arroz, perritos calientes.













He de reconocer que ,desde que los vi, el concepto de perrito caliente tiene otro significado para mí y ya no miro igual a los perros por la calle.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Haciendo la compra I

Hoy me he encontrado un microondas en la habitación. No os he contado que en mi hotel los muebles aparecen y desaparecen según el inescrutable criterio de la casera. Un día al llegar te encuentras una mesilla de noche, al otro han desaparecido las sillas, que vuelven a aparecer a los pocos días. De repente desaparece la mesa camilla y tengo una mesa de escritorio.. .. Movimiento que no se limita solo al mobiliario sino que incluye la ropa; cuando abro el armario veo que no está la camisa que me puse el día anterior por la tarde, ¿ habrá pensado la casera que convenía lavarla?. Efectivamente, a los pocos días aparece limpia y planchada. Yo ya me he acostumbrado a este va y viene de cosas, sin previo aviso dentro de la imposible comunicación con la casera por las diferencias idiomáticas y culturales.

Como decía, hoy ha aparecido un microondas en mi habitación. Después de un tiempo comiendo siempre en restaurantes, ya cansado de tener que salir siempre de casa, me parece que es una buena oportunidad para comprar algunas cosas y hacer un poco de vida “hogareña”.

Un amigo me informa de donde hay un supermercado, ya que aquí no son muy habituales o están ubicados en las plantas altas de los edificios y no es fácil encontrarlos. Tomo un taxi para llegar y me dispongo a hacer la compra. Recorro los pasillos del supermercado con sus estanterías llenas de envases y su críptica escritura vietnamita; un pasillo, otro. No tengo ni idea del contenido de los envases. El desasosiego se va apoderando de mí según recorro los estantes llenos de desconocidas mercancías. Mi cesta continúa vacía! Hasta que por fin llego a la zona de la carne. Aquí sí, aquí sí que sé lo que exponen y puedo comprar:





















Póngame cuarto y mitad de cocodrilo, que voy a hacer una churrascadilla. ¿Gustan..?