Recuerdo de España que proliferaban los restaurantes tipo wok. Sitios muy chic en los que te dan la última moda en comida oriental en un ambiente si no lujoso si refinado.
Cuando llegué descubrí la verdadera esencia del Wok en esos restaurantes callejeros, que uno se encuentra a cada paso, en los que en una cocina de carbón, sobre la propia acera, se fríe todo lo que hayan podido echar a la cazuela. Platos que la gente disfruta pausadamente, sentada en pequeños taburetes de plástico entre el ajetreo incesante de viandantes y motos que vienen y van. Qué contraste, la transposición de una cocina de subsistencia a los lujosos restaurantes occidentales. He de reconocer que el olor que desprende invita a sentarse en cualquier esquina a disfrutar de la comida, ajeno a todas las recomendaciones sanitarias.
Cocinando en plena calle
Ummm que bueno
Probar lo que haya caído hoy en la cazuela, como esos pollos, que para no desperdiciar nada, se cuecen enteros y cuando uno pasa por su lado, esquivando comensales, parece que se te quedan mirando.
¿¿¿"invita a sentarse en cualquier esquina a disfrutar de la comida"???
ResponderEliminarYo sé de alguien a quien no le invitaba nada de nada (pero nada de nada) el sentarse en cualquier esquina a disfrutar de la comida :)
Ja,ja,ja es una licencia literaria por que con lo escrupuloso que soy no me atrevería a comer ahí.
ResponderEliminarIGNACIO, CON LO RICO QUE TIENE QUE ESTAR, COMO SE NOTA QUE NO HICISTE LA MILI, JAJAJAJAJA
ResponderEliminarIgnacio, el pollo te está mirando con unos ojitos que esta para comérselo.
ResponderEliminarUn saludo
La mili la estoy haciendo ahora Ruben!! menudo estrés.
ResponderEliminarJuan C. cuando quieras te invito a un pollo asado, jajaja